Los baños de vapor eran una costumbre muy difundida entre turcos y romanos. Los últimos, tenían como lugar de encuentro las termas donde entre masajes y vapores intercambiaban opiniones sobre política & cia. Las más famosas fueron las de Caracalla. Dotadas de una gran pileta con capacidad de hasta 2000 personas. También tenían gimnasios, bibliotecas y salas de masaje, donde recibían sesiones profesionales untando el cuerpo con una mezcla de arena, aceite y polvo. Lo cierto es que hoy, como en aquellos tiempos, a través de los baños de calor puede mejorar su calidad de vida y alcanzar un estado físico y psíquico armónico. Como se logra una distensión total de los músculos, también se puede aliviar el estrés.son terapias altamente desintoxicantes y depuradoras muy reconfortantes para la piel.
Beneficios del baño de vapor
El baño de vapor te ayuda a mejorar tu sistema inmune, pues las altas temperaturas pueden destruir a los virus que están en tu cuerpo, e incluso pueden destruir células malignas y activar los mecanismos de defensa del sistema inmunológico para que los desechen.
Otra ventaja es que este tipo de baños liberan las toxinas, por lo que tu cuerpo se verá libre de estos agentes y se reflejará en una mejor salud y una piel más tersa. De igual modo, la relajación que se logra te ayudará a liberar el estrés acumulado.
Hay una mejoría en la circulación, por lo que llegan más nutrientes a tu cuerpo que te ayudan a mejorar la piel.
Baños de Ozono
Estos baños son realizados con ozono, un gas de oxigeno enriquecido que aporta mejoras a la salud y belleza de las personas. El ozono, como ya hemos visto en repetidas oportunidades, es un excelente bactericida con elevado poder desinfectante que contribuye al tratamiento de distintas enfermedades como el asma, diabetes, y también ayuda a reducir el estrés y la fatiga entre tantas otras afecciones.
Así mismo, darse un baño de ozono es excelente para la piel. El ozono actúa eliminando las toxinas de la piel y retrasando el envejecimiento de las células, lo que repercute en una piel más sana y rejuvenecida. Podríamos sintetizar esta función del baño de ozono como una función antiage, una función antienvejecimiento que nutre y cuida la piel.
De esta forma, con los baños de ozono se combinan los cuidados interiores de las personas en primera medida, y también los cuidados exteriores. Es decir, se trata a las enfermedades, virus y dolencias que padezcan las personas, mientras se nutre, regenera y cuida a la piel.
Estos baños consisten en introducirse a una capsula de ozono, donde la cabeza es lo único que queda descubierto. Una vez dentro, los poros de la piel se van abriendo por el accionar de un calor, y el ozono ingresa por ellos comenzando a actuar benéficamente sobre la persona.
Según cada persona y sus necesidades, enfermedades o heridas, se determinará el tiempo necesario de estos baños de ozono.